martes, 7 de diciembre de 2010

Cierre


(Continuación de Sombras )
Tras el aquelarre interior abrí los ojos. Aparté a las dos hembras que dormían bajo mis brazos.
Me levanté del suelo oliendo a tierra mojada y sudor frío. El traje estaba totalmente destrozado. Aunque no quedaba mucho puesto.
Me subí los pantalones, esquivé la camisa que la morena tenía bajo la cabeza, y recogí la americana que estaba a pocos centímetros de donde había dormido.
Miré los cuerpos desnudos de la noche anterior, sentí asco. Y me dieron ganas de terminarlos.
El ciclo podría prescindir de aquellos despojos de libertinaje. Pero el Círculo no lo dejaría quieto. No les gusta perder a nadie de los suyos, por muy débiles que sean. Ese nivel de camaradería paternalista me resulta patético. Y ellos llegarían a mi. Y me condenarían por jugar con las cobayas.
La operación no debía ser descubierta. Cuando los míos organizaron todo este tinglado, no debieron pensar que ahondaríamos tan profundo en sus raíces. Les presuponíamos unos niveles de protección de sobra superiores, y la sorpresa fue mayúscula, cuando pude variar alguno de sus nudos ahí abajo.
Involucrarla a ella había sido mi baza maestra. Esa magicien, era además de la predilecta de la maestra, una presa cuestionable. Su debilidad fue evidente.. apestaba a necesidad y reconocimiento. Muchos escombros en su armario, que los suyos no dejaban de señalar a sus espaldas. Y ella era demasiado intuitiva.
Hacerla cómplice de mi causa haría que cualquier posible –y casi imposible- cabo suelto que podría haber dejado suelto, quedaría cubierto.
Sin darme cuenta tenía ya entre mis manos el cabello de una de mis concubinas, y en la otra la tierra comenzaba a calentarse y vibrar.
Me obligué a tirarla y de ella salió unas finas hebras de humo.
Haciendo un simple sello, oculté mi rastro en este lugar. Ninguna de las marionetas me recordaría. Pero el haber interactuado físicamente, no iba a resultar del todo una absoluta pérdida de tiempo.
Saqué el bisturí de cuarzo negro de la bota y seccioné sendos mechones de pelo de ellas dos.
Podrían resultarme útiles, cuando llegara la acción.

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