jueves, 4 de noviembre de 2010

Diario de Sascha Vykos






Diario de Sascha Vykos. 2 de Noviembre de 1680. Iglesia a las afueras de Balgrad, Transilvania.

Escribo esta entrada en la misma noche en la que he tenido que huir de mi tierra
como un maldito y cobarde recipiente. Una vez más… con la traición pesando en mis
espaldas. Fui “cordialmente” invitado en representación de nuestro Sabbat por ese
imberbe de Francois Villon que ha conseguido hacerse llamar Príncipe de París.
Mi presencia allí era clara. Después de cómo quedó nuestra situación, era el
momento en el que hiciera una campaña sutilmente… feroz de descrédito en contra de
los usurpadores de la Camarilla. No fue tarea fácil. Fingir que me importaba
mínimamente la erradicación de la muchacha María, me resultaba tan ridículo como la
conservación de un recipiente por algo más que su sangre.
La traición resonó durante toda la noche en cada esquina del Dominio que mi
querido Gerome habilitó para nosotros. Y aunque asqueada por volver a toparme con
ese fanático mal nacido, intenté revestirme de mi indiferencia mordaz en pos de nuestra
causa.
Tardé poco en caer en las redes de la ira, por lo que pude ir viendo qué acontecía.
En especial con los representantes de la Camarilla contaminándolo todo….
Villón nos honró con la presencia de su mascota y representante, un ser tan
afeminado y engreído como él, llamado Noel de Artois. Tras una breve pero intensa
conversación descubrí que lo único que deseaba era llevarle a su amo la Capadocia para
sus juegos de exhibición ante la corte europea. Viva al parecer. Estar en la misma sala
que él me evocó ciertos deseos…que intentaré no compartir en este momento.
Por otra parte, Claas, ese sucio Tremere, que nos honró con su presencia, me hizo
avivar las llamas del odio que no morirán nunca, a mis antiguos hermanos de tradición.
En sus negros ojos brillaba la codicia por la Capadocia, que no supo esconder en ningún
momento. Quedó sorprendido ante mi repulsivo trance entre los suyos tanto tiempo
atrás. Eso dijo mucho de su ineptitud. Por lo que pude indagar, se dedicó a comprar con
conocimientos mágicos a los antiguos que decidirían su vida o su muerte. Claramente
apostó por su vida. No tuvo que decir mucho para saber exactamente lo que querían mis
antiguos hermanos de su preciada cabeza. Y terminó por conseguirlo…


Por su parte, Bulscu, ese sucio Ventrue, que se jactó de hacerse llamar voivoda
entre voivodas... (si aún pudiera sentir el sabor de la bilis en mi boca, hubiera sido eso
multiplicado por mil, lo que sentí al oírlo), gobernante de MI amada Transilvania, pudo
resarcirme brevemente. Sentir su rabia al ver a los turcos gobernando la que cree
falazmente “su tierra”, me hizo marcar brevemente la sonrisa. No tuve ningún tipo de
acercamiento hacia él. Estaba demasiado ocupado con recuperar lo que ya nunca sería
suyo, gracias a los turcos y a los Assamitas. Prefirió hacerlo como la sabandija que era,
y desechó en cualquier momento exponer sus intenciones de forma abierta.
Estos tres, Noel, Claas y Bulscu llegaron a un acuerdo haciéndoles a los
guardianes de la Capadocia, una oferta por la cual, la conservarían con vida llevándola a
París, pasando con anterioridad por la Capilla Tremere de Ceoris.
Gerome, demostró su volatilidad y estupidez nuevamente. Y tuvo la osadía de
recordarme y culparme de la muerte de Sascha. En su fanatismo extremo, no supo la
suerte que tuvo de todo el autocontrol del que en mi futura huída otros no gozarían.
Debo admitir que perdí los papeles ante dicha mención, pero supe dominar a mi Bestia
el tiempo necesario para intentar llegar a un acuerdo con él. Gerome, junto con la
traición de mi hermano Alexandru y la sabandija carroñera de Shul, hicieron inclinar la
balanza de quienes desestabilizaron todo en nuestra contra.
Con los independientes, no hubo mejor suerte.
De Don Pietro Giovanni cualquiera habrá deducido ya sus intereses. Su familia
debía borrar el rastro de su clan madre, para evitar que se vengara en un futuro. La
promesa de un juicio justo en Italia era simplemente la certeza velada de su sentencia de
muerte. Se dedicó a comprar de varias maneras a los guardianes. Cuando las cosas se
pusieron feas para él, después de la fiesta, convocó un ejército de muertos vivientes.
No comprendo aún la presencia de otro “independiente”, Ansen. ¡Un infernalista
seguidor de Kupala! ¿Te lo puedes creer? Durante toda la encantadora velada, tuvo a
bien intentar comprar con secretos oscuros a todos los allí presentes. Yo incluída. El
mero hecho de que sugiriera el retorno de Sascha, fue menos desestabilizante para mí,
como el que osara hacerme creer que Illias fuese conocido suyo y tratara con sus
poderes infernalistas. La humillación que intentó no quedará en el tintero por mi parte.
Cuando acabada la fiesta vio que sus intimidaciones y sus fuegos fatuos no surtían el
efecto deseado, salió de la capilla e hizo aparecer un ejército de demonios ¡Surrealista!


Maat, un setita que me resultaba del todo desconocido, inició la reunión
intentando comprar la muerte de la capadocia (debido a unas profecías con Set, tema del
que deberé investigar, ya que tanto Ansen con Kupala, como Leda misma tienen en
posesión), dictándoles intereses diferenciados en relación a la vida o muerte de la
muchacha. Con las riquezas que trae de Egipto intenta comprar su muerte, aliándose a
Giovanni y a Ansen por tener objetivos parejos.
Husayin al Fatín, líder Assamita y “representante” del imperio turco en MI
querida Transilvania no resultaba menos irritable. El hecho de delatar ante los presentes
sus trabajos para mí, no redujo para nada el odio que siento por él. El resto de
independientes intentaron unirle a su causa.
A medida que pasaba la noche se formaron dos bandos, y ambos hicieron sus
ofertas por escrito a los guardianes. Don Pietro, Ansen y Maat querían que se les
entregase a María Asunción para darle muerte; mientras que Bulscu, Claas y Artois
deseaban mantenerla con vida y llevarla a París, previo paso de Ceoris. Traté de destruir
las dos con argumentos. Con la primera lo conseguí, pues Alexandru la despedazó; pero
la segunda convenció a los guardianes. ¡Aceptaron la propuesta de la Camarilla!
No me extrañó nada la traición de Shul, ya que a esa alimaña sólo le interesaban el
poder y el dinero (cosa de la cual intenté servirme). Su codicia y su estupidez a partes
iguales hicieron que terminara vendiéndose a la Camarilla para conseguir un principado.
Personalmente me ocuparé de que su decisión no llegue a buen puerto para él.
Leda pareció durante toda la velada interesada en mis objetivos, e incluso he de
reconocer que creí poder atraerla a nuestra causa, pero parecía ella misma tener otros
objetivos de los que no me termino de enterar.
Y conscientemente, dejo por último la mayor de las traiciones, de este baile de
putas. La de Alexandru Luciescu, hermano de clan. El único aliado que creí redescubrir
allí. Tras los acontecimientos pasados en Silchester, su valioso compromiso, la promesa
de reconquista junto a los nuestros de Transilvania, de un cargo militar de poder… ¡tras
escupir en MI confianza!, ese sucio desertor que acabó más por pesar en él la
insignificante vida de la Capadocia, alegando que tenerla en Transilvania sólo acarrearía
más problemas que beneficios, ¡¡tuvo la valiente idea de aceptar del Ventrue el
reconocimiento de un principado muy importante de allí!! Se bajó los pantalones y meó
encima de nuestra causa.


Después de esto, las tropas Assamitas empezaron a acercarse a la reunión. Gerome
consiguió descubrirlo, acusándole de traición y amenazándole con una lanza. Lanza que
me incomodaba al mirarla.
En consecuencia, el resto de independientes tratan de convencer al turco para que
asalte el lugar donde nos hallábamos todos confinados. Hecho esto, se marchan para
preparar su asalto.
Fue en ese momento en el que terminé por abandonar la reunión. No estaba
dispuesta a oír nada más. La cobardía del Assamita salió a relucir, pues en vez de seguir
con su plan, les ofreció a la Camarilla y a los guardianes escoltarles hasta salir de
Transilvania.
Y de esta forma María pasó por Ceoris para luego dirigirse a Francia, donde sería
expuesta como una rareza.

4 de Enero de 1680. Mi Refugio, Transilvania.

Hoy he recibido una carta de Ansen, el infernalista. En ella cuenta los secretos de
algunos de los anfitriones de la fiesta, y creo que no habré sido la única destinataria de
la misiva.
La señorita Leda, es la amante de Drácula, el cual se mantiene escondido en el
castillo Arghes, en Valaquia. Este bastardo no merece ser llamado Tzimisce…
Por otro lado, en la carta se afirma que Alexandru es un infernalista,
concretamente que hace pactos con Kupala para conseguir poder. No se conforma con
traicionar al Sabbat ayudando a la Camarilla, sino que además tiene que vender su alma
al Infierno, yendo totalmente en contra de los principios de la secta…

23 de Marzo de 1700. Mi Refugio, Transilvania.

Han pasado veinte años desde la reunión en que se subastó a la última Capadocia,
y aún sigue habiendo traiciones. El príncipe Villón de París, el encargado de su
seguridad, la ha vendido a los Giovanni por una elevada suma. Estos la han ejecutado y
han anunciado orgullosos que han acabado definitivamente con el clan Capadocio.
Espero que aquellos que se la entregaron al príncipe, especialmente Gerome, sean
conscientes del error que cometieron y de la hipocresía de la Camarilla. Necios…

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