Idealism

Melancolía y Decepción recorren mi ser por las noches. E Idealismo se sienta frente a mí, en el suelo. Cada noche. Esperando. Mirándome. Con las piernas y los brazos cruzados, con el ceño fruncido en su hermoso y blanco rostro. Con su inocente y bella boca sonrojada, torcida, sin entender nada. Cada día más cansado y con menos fé de esperar fundirse nuevamente conmigo. Sin comprender el por qué ha sido desterrado de su cáscara. Que frente a él, con mirada vidriosa y cansada se recluye en la comodidad y seguridad de su ostracismo. Con la impaciencia de un niño que no entiende por qué ha sido despojado del cuerpo que tiene sentado frente a él, Idealismo ve cómo la cáscara le mira con una sonrisa condescendiente pintada en su rostro, con una vejez ahora más manifiesta (y para él desconocida) y una fulminante y atronadora distancia en su mirada.
Idealismo, cada segundo va, tornándose algo menos opaco, un poco más pequeño, y al son de cada movimiento de las agujas del reloj, parece un ser un poco más gris.