martes, 19 de febrero de 2008

Farewell


Dinamismo... siempre me ha gustado esa palabra. Es una mezcla de irreverencia osada y pícara, en la cual puedes danzar y danzar al ritmo de tu propia banda sonora, con una sonrisa en la boca, y un guiño marcado. Como si por un momento, al fin pudieras envainar las espadas, y calzándote unos cuantos cascabeles, unas mallas, y una sonrisa osada salieras a comerte el mundo, en el pellejo de un bufón medieval. Bailan y se ríen de su propia corte, en sus narices, y no les toman en cuenta. Mientras ellos, trafican información a voz en grito, mientras el calor del aguamiel va calentando sus cuerpos, ávidos de emoción.. el bufón se para ante ellos, haciendo malabares y chanzas, toma buena nota de todo, y es capaz de despedirse enseñando sus posaderas a tan alta alcurnia, mostrando su rostro pintado y sonriente junto a él. Y en ese instante. En ese breve instante, iluminado brevemente por las velas de palacio.. su sonrisa se torna sabia y macabra. Más ese brevísimo instante.. queda empañado por las risas histéricas, de las mujeres de la corte. Por los atracones de comida, bañados con vinos especiados, llenando las panzas de sus maridos, mientras meten sus manos en la entrepierna de alguna de las putas del rey. Por los bostezos de este, ajeno a todo, salvo a las miradas lascivas de su consorte hacia algún caballero más jóven que el que tiene a su vera.
Y el bufón sonríe. Porque disfruta de la música que tocan para él, mientras ve a su propia corte jugando a su baile de putas.


1 comentario:

Jorge Nicolás Mikitiuk dijo...

Niña, lee a Carlitos Castaneda. Sé que te va a gustar ;) Un abrazo desde Argentina http://jorgemikitiuk.blogspot.com/